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  • Cada hogar es una casa de aprendizaje, ya sea para bien o para mal. Los miembros de la familia pueden aprender a ser obedientes, honestos, industriosos, autosuficientes y fieles al vivir los principios del Evangelio, o pueden aprender otra cosa. El aprendizaje del Evangelio en los hogares de los miembros de la Iglesia debe centrarse en las Escrituras y en las palabras de los profetas de los últimos días. El Señor ha mandado a los padres que enseñen a sus hijos.