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Esa mañana bajé corriendo las escaleras, como si fuera Navidad. Mis padres ya se habían levantado. En mi familia, los regalos nunca esperaban; estaban ahí nada más despertarse. Nuestra familia tiene un problema con lo que llaman gratificación retardada. Queremos lo que queremos cuando lo queremos, y siempre lo queremos ahora.