Creo humildemente que nuestra vida consiste en aprender nuestra nada y que Él lo es todo; cuando estamos de acuerdo con Él en que no somos nada y no nos asombramos de que irrumpa nuestra naturaleza malvada, cuando estamos dispuestos a que los últimos sean los primeros, cuando estamos dispuestos a ser los últimos en el Cielo para que todos los que conocemos sean más altos que nosotros, entonces, creo, nuestra lección está aprendida. Si nos molesta cualquier comentario o conducta despectiva de nuestros semejantes, es porque todavía no somos plenamente conscientes de que no somos nada.