Autores:
  • El atributo más formidable de la tentación es su creciente poder, su acelerada relación de velocidad. Cada acto de repetición aumenta el poder, disminuye la resistencia. Es como la salida de las aguas: donde puede ir una gota, puede ir un río. Quien cede a la tentación, se somete a la ley de la caída de los cuerpos.

    Horace Mann (1861). “Twelve Sermons: Delivered at Antioch College”, p.184