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  • Difunde la buena nueva de que no decepcionará a los muchos admiradores de la Srta. Heyer. A juzgar por las cartas que he recibido de personas obviamente débiles mentales que desean que escriba otro These Old Shades, debería venderse como rosquillas. Yo misma creo que deberían fusilarme por escribir semejante disparate, pero es literatura de evasión cuestionablemente buena y creo que me gustaría bastante si estuviera sentada en un refugio antiaéreo o recuperándome de una gripe. Los detalles de la época son buenos; mi marido dice que es ingenioso... y sin llegar a estos extremos, diré que es muy divertido.