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  • Incluso en septiembre de 1929 se ofrecieron más valores de fondos de inversión que en agosto: el total superó los 600 millones de dólares. Sin embargo, la promoción casi simultánea de Shenandoah y Blue Ridge iba a erigirse como la cumbre de la nueva era financiera. Es difícil no maravillarse ante la imaginación implícita en esta locura gargantuesca. Si tiene que haber locura, algo puede decirse de tenerla a escala heroica.

    John Kenneth Galbraith (2009). “The Great Crash 1929”, p.82, Houghton Mifflin Harcourt