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  • Me acerqué y miré más de cerca la estatua de la diosa. Llevaba un tocado con una calavera, una cobra y una luna creciente. Tal vez en esto consistía la tranquilidad: llevar una serpiente venenosa en la cabeza y sonreír de todos modos.

    Wally Lamb (1998). “I Know This Much Is True”, p.226, Cambridge University Press