La fuerza de voluntad es esencial para la supervivencia y el éxito. El competidor que no se va, que no se queda abajo, tiene una de las ventajas competitivas más formidables de todas. Al evaluar a las personas, valoro el ego. A menudo se traduce en un deseo feroz de hacerlo lo mejor posible y una confianza interior que les ayuda cuando las cosas se ponen realmente difíciles. Los psicólogos sugieren que existe un fuerte vínculo entre ego y competitividad. Todos los grandes profesionales a los que he entrenado tenían ego de sobra.