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  • No desesperes, pensando que no puedes cambiarte a ti mismo después de tantos años. Simplemente entra en la presencia de Jesús tal como eres y pídele que te dé un corazón sin miedo donde Él pueda estar contigo. No puedes cambiarte a ti mismo. Jesús vino a darte un corazón nuevo, un espíritu nuevo, una mente nueva y un cuerpo nuevo. Deja que te transforme con su amor y te capacite así para recibir su afecto en todo tu ser.