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Veo... un montón de calaveras y huesos. Por primera vez desde mi llegada, lo que veo ante mí es demasiado doloroso y me derrumbo por completo. Estos son mis parientes, amigos y vecinos, sigo pensando... Pasa mucho tiempo hasta que recupero la calma. Y entonces soy capaz, con mis propias manos, de ordenar los cráneos y los huesos para que no queden esparcidos.