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Dios es la fuente de mi provisión. Sus riquezas fluyen hacia mí libre, copiosa y abundantemente. Todas mis necesidades económicas y de otro tipo están cubiertas en todo momento del tiempo y punto del espacio; siempre hay un excedente divino.
Dios es la fuente de mi provisión. Sus riquezas fluyen hacia mí libre, copiosa y abundantemente. Todas mis necesidades económicas y de otro tipo están cubiertas en todo momento del tiempo y punto del espacio; siempre hay un excedente divino.