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Cada día es una pequeña vida, y toda nuestra vida no es más que un día repetido. Por tanto, vive cada día como si fuera el último. Los que se atreven a perder un día, son peligrosamente pródigos; los que se atreven a malgastarlo, son desesperados.
Cada día es una pequeña vida, y toda nuestra vida no es más que un día repetido. Por tanto, vive cada día como si fuera el último. Los que se atreven a perder un día, son peligrosamente pródigos; los que se atreven a malgastarlo, son desesperados.