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Ni siquiera un poderoso guerrero puede romper una frágil flecha cuando se multiplica y recibe el apoyo de sus compañeros. Mientras los hermanos os apoyéis unos a otros y os ayudéis mutuamente, vuestros enemigos nunca podrán obtener la victoria sobre vosotros. Pero si os alejáis unos de otros, vuestros enemigos podrán quebraros como frágiles flechas, de una en una.