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El Señor nos da un espíritu de esperanza y un sentimiento de consuelo y confianza en que podemos superar los obstáculos a los que nos enfrentamos. Él nos ha mostrado el camino para ganar fuerza durante nuestras luchas. Con Su ayuda, tenemos la capacidad de triunfar. Escucha Sus palabras de consejo y consuelo: 'No temáis, hijitos, porque sois míos, y yo he vencido al mundo y ninguno de los que mi Padre me ha dado se perderá.