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  • Oh mundo, mundo, cuando era más joven creía que había algún orden que te gobernaba a ti y a tus actos. Pero ahora pareces un laberinto de errores, un desierto espantoso, una guarida de bestias salvajes, un juego en el que los hombres se mueven en círculos... un pedregal, un prado lleno de serpientes, un vergel florido pero estéril, un manantial de preocupaciones, un río de lágrimas, un mar de sufrimiento, una esperanza vana.