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Qué feliz es la suerte del matemático. Es juzgado únicamente por sus compañeros, y el listón está tan alto que ningún colega o rival puede ganarse una reputación que no merezca.
Qué feliz es la suerte del matemático. Es juzgado únicamente por sus compañeros, y el listón está tan alto que ningún colega o rival puede ganarse una reputación que no merezca.