La educación es una compañera que ninguna desgracia puede deprimir, ningún crimen destruir, ningún enemigo alienar, ningún despotismo esclavizar. En casa, un amigo, en el extranjero, una introducción, en la soledad un consuelo y en sociedad un ornamento. Corrige el vicio, guía la virtud, da a la vez gracia y gobierno al genio. Sin ella, ¿qué es el hombre? Un espléndido esclavo, un salvaje razonador.