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  • Muchos no reconocen el hecho, como debieran, de que Satanás tiene a los hombres profundamente dormidos en el pecado, y que su gran designio es mantenerlos así. No le importa lo que hagamos si él puede hacerlo. Podemos cantar canciones sobre el dulce porvenir, predicar sermones y decir oraciones hasta el día del juicio final, y él nunca se preocupará por nosotros, si no despertamos a nadie. Pero si despertamos al pecador dormido nos rechinará los dientes. Este es nuestro trabajo: despertar a la gente.