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No presto atención al número de cumpleaños. Es raro cuando digo que tengo 53 años. Es una locura que tenga 53 años. Creo que soy muy inmaduro. Me siento como un niño. Por eso se me va la espalda todo el tiempo, porque se me olvida por completo que ya no puedo hacer ciertas cosas, como hacer la plancha durante 10 minutos.