A menudo se ha malinterpretado el misticismo como el intento de escapar de este mundo simple y fenoménico hacia una existencia más pura en el cielo del más allá. Esto no es misticismo, sino gnosticismo. El misticismo bíblico es el intento de salir de "este mundo" hacia una realidad alternativa que impregna el viejo orden. Su objetivo es deshacerse de la mentalidad que dice que "la avaricia es buena", "el egoísmo es normal" y "matar es necesario". El misticismo en términos bíblicos no es escapismo, como muchos lo han caricaturizado, sino una lucha por la ética y el cambio social.