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No me sorprendería que muchos matrimonios acabaran en divorcio, en gran medida porque uno o ambos cónyuges huyen tanto de sus propias debilidades reveladas como de algo que no pueden tolerar en su cónyuge.
No me sorprendería que muchos matrimonios acabaran en divorcio, en gran medida porque uno o ambos cónyuges huyen tanto de sus propias debilidades reveladas como de algo que no pueden tolerar en su cónyuge.