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Te avergonzarías mucho si supieras lo que son realmente las experiencias que llamas contratiempos, trastornos, perturbaciones sin sentido y fastidios tediosos. Te darías cuenta de que tus quejas al respecto no son ni más ni menos que blasfemias -aunque eso nunca se te ocurre. Nada te sucede si no es por voluntad de Dios, y sin embargo [los amados hijos de Dios] lo maldicen porque no lo conocen por lo que es.