-
Ahora que mis días de trepar a los árboles han quedado atrás, pienso a menudo en el valor duradero de aquellos primeros días deliciosamente ociosos. He llegado a apreciar la larga vista que me ofrecían las copas de los árboles. Los bosques eran mi Ritalin. La naturaleza me calmaba, me concentraba y, al mismo tiempo, excitaba mis sentidos.