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No hay nada más musical que una puesta de sol. Quien siente lo que ve no encontrará ejemplo más bello de desarrollo en todo ese libro que, por desgracia, los músicos leen demasiado poco: el libro de la Naturaleza.
No hay nada más musical que una puesta de sol. Quien siente lo que ve no encontrará ejemplo más bello de desarrollo en todo ese libro que, por desgracia, los músicos leen demasiado poco: el libro de la Naturaleza.