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No importa cuál sea nuestro trabajo, no lo vemos como nuestro propósito en la vida, sino más bien como el lugar donde Dios nos ha colocado soberanamente con el propósito de dar a conocer a Cristo y engrandecer su nombre. Si usted es un maestro, si usted es un político, si usted es un hombre de negocios, si usted está en la agricultura, si usted está en la construcción, si usted está en la tecnología, si usted está en las artes, entonces usted no debe decir: "Tengo que encontrar el propósito de mi vida en este trabajo", sino más bien, "Tengo que llevar el propósito de Dios a este trabajo.