-
Malditas flores. Buenos chicos, los que patinaron y nos las dieron. Pero las flores, el tallo se cayó. La pisé y me caí de culo en un instante. Debió verse bien, ¿no? Cien millones de espectadores de todo el mundo, bandas de música, gatos rusos en las gradas, y yo tirado sobre el hielo. Así que saludé a la gente de casa en el Soo, un saludo del muñeco con huevo en la cara.