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Entiendo por qué a los creativos les gusta la oscuridad, pero al público americano no le gusta la oscuridad. Les gustan las historias. No responden a crisis nerviosas y episodios infelices que no llevan a ninguna parte. Les gusta que sus personajes formen parte de la acción. Les gusta la fuerza, no la debilidad, la posibilidad de resolver cualquier dilema.