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No hay hombre mortal que esté tan interesado en el éxito de un anciano cuando está predicando el evangelio como el Señor que lo envió a predicar a la gente que son los hijos del Señor
No hay hombre mortal que esté tan interesado en el éxito de un anciano cuando está predicando el evangelio como el Señor que lo envió a predicar a la gente que son los hijos del Señor