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  • Oh apacible mañana de octubre,
    Tus hojas han madurado hasta la caída;
    El viento de mañana, si es salvaje,
    las destruirá todas.
    Los cuervos sobre el bosque llaman;
    Mañana pueden formarse e irse.
    Oh silenciosa mañana de octubre,
    Comienza las horas de este día lentamente.
    Haz que el día nos parezca menos breve.
    Corazones no reacios a ser seducidos,
    Sedúcenos como tú sabes.
    Suelta una hoja al amanecer;
    Al mediodía suelta otra hoja;
    Una de nuestros árboles, una lejana.

    Robert Frost, Gary D. Schmidt (1994). “Robert Frost”, p.23, Sterling Publishing Company, Inc.