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Hace muchos años que dejamos de comer carne. Durante una comida de domingo, miramos por la ventana de la cocina a nuestros corderitos jugando alegremente en el campo. Al mirar nuestros platos, nos dimos cuenta de que estábamos comiendo la pata de un animal que hasta hacía poco había estado jugando en el campo. Nos miramos y dijimos: "Un momento, nos encantan estas ovejas, son criaturas tan mansas. Entonces, ¿por qué nos las comemos?". Fue la última vez que lo hicimos.