-
No podemos llegar a la comprensión de la Escritura ni por el estudio ni por el intelecto. Tu primer deber es comenzar por la oración. Suplica al Señor que te conceda, por Su gran misericordia, la verdadera comprensión de Su Palabra. No hay otro intérprete de la Palabra de Dios que el Autor de esta Palabra, como Él mismo ha dicho: "Todos serán enseñados por Dios" (Juan 6:45). No esperes nada de tus propias labores, de tu propio entendimiento: confía únicamente en Dios, y en la influencia de Su Espíritu. Cree esto en la palabra de un hombre que tiene experiencia.