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  • Para dar una respuesta concreta al llamamiento de nuestros hermanos y hermanas en humanidad, debemos afrontar el primero de estos retos: la solidaridad entre generaciones, la solidaridad entre países y continentes enteros, para que todos los seres humanos puedan compartir de forma más equitativa las riquezas de nuestro planeta. Este es uno de los servicios esenciales que los hombres de buena voluntad deben prestar a la humanidad. En efecto, la Tierra puede producir lo suficiente para alimentar a todos sus habitantes, a condición de que los países ricos no se queden para sí lo que pertenece a todos.

    Pope Benedict XVI's Address At The Presentation Of The Letters Accrediting New Ambassadors To The Holy See, w2.vatican.va. June 16, 2005.