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  • Cuando se demuestra que los encargados de hacer cumplir la ley tienen una integridad tan inquebrantable, sólo los más maleducados entre nosotros cuestionarían los métodos que utilizan para "atrapar a su hombre". Las garantías constitucionales se consideran molestos "tecnicismos" que impiden a los honrados agentes del orden cumplir con su deber.