Autores:
  • Comencé a leer las Sagradas Escrituras de rodillas, dejando a un lado todos los demás libros y rezando, si era posible, cada línea y cada palabra. Esto resultó ser alimento y bebida para mi alma. Cada día recibía de lo alto nueva vida, luz y poder.

    George Whitefield (2000). “George Whitefields's Journals”, p.27, Sovereign Grace Publishers,