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A medida que te identifiques cada vez menos con el "yo", estarás más a gusto con todos y con todo. ¿Sabe por qué? Porque ya no tienes miedo a que te hagan daño o a no caer bien. Ya no deseas impresionar a nadie. ¿Te imaginas el alivio cuando ya no tengas que impresionar a nadie? Oh, qué alivio. Por fin la felicidad.