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El terrorismo no es un crimen contra las personas o la propiedad. Es un crimen contra nuestras mentes, que utiliza la muerte de inocentes y la destrucción de bienes para infundirnos miedo. Los terroristas utilizan los medios de comunicación para magnificar sus acciones y propagar aún más el miedo. Y cuando reaccionamos por miedo, cuando cambiamos nuestra política para que nuestro país sea menos abierto, los terroristas triunfan, aunque sus atentados fracasen. Pero cuando nos negamos a ser aterrorizados, cuando somos indomables frente al terror, los terroristas fracasan, aunque sus atentados tengan éxito.