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¿Podemos hacer demasiado por el Señor? Ciertamente, todos le amamos. Por eso, te imploro que guardes Sus mandamientos y te parezcas más a Él. Venid a Cristo, comed el pan de vida, bebed el agua viva y festejad Su amor sin límites. Él es nuestro Salvador, nuestro Maestro, de quien doy mi humilde testimonio.