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La virtud podría ver para hacer lo que la virtud haría Por su propia luz radiante, aunque el sol y la luna Fueran en el mar plano hundido. Y la Sabiduría misma busca a menudo la dulce soledad retirada, donde con su mejor nodriza, la contemplación, empluma sus plumas y deja crecer sus alas, que en el variado ajetreo de la vida se erizan y a veces se deterioran. El que tiene luz dentro de su pecho claro Puede sentarse en el centro y disfrutar del día brillante; Pero el que esconde un alma oscura y pensamientos sucios Camina iluminado bajo el sol del mediodía.