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El amor no es tan sencillo como desearías. Por otro lado, no es ni de lejos tan complicado como temes que sea. Mi consejo es que apagues cualquier picazón que puedas tener para obligar al amor a servir a cualquier propósito. En lugar de eso, inclínate ante él con toda la inocencia que puedas reunir y declárate dispuesto a ser su humilde alumno y servidor. Celebra la entrega.