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  • Creo que cada uno de nosotros también tiene un punto dulce personal. Es el estado mental en el que experimentamos más alegría y satisfacción al ser nosotros mismos. Y desde ese lugar de placer y alegría de ser nosotros mismos, surge la energía que fluye hacia nuestro día trayendo consigo la profundidad y la resonancia de nuestro propio ser, trayendo consigo bendiciones.