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Ser puro, permanecer puro, sólo puede tener un precio, el precio de conocer a Dios y amarle lo suficiente como para hacer su voluntad. Él siempre nos dará la fuerza que necesitamos para mantener la pureza como algo tan hermoso para él.
Ser puro, permanecer puro, sólo puede tener un precio, el precio de conocer a Dios y amarle lo suficiente como para hacer su voluntad. Él siempre nos dará la fuerza que necesitamos para mantener la pureza como algo tan hermoso para él.