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  • Un corazón limpio es un corazón libre. Un corazón libre puede amar a Cristo con un amor indiviso en castidad, convencido de que nada ni nadie lo separará de su amor. La pureza, la castidad y la virginidad crearon en María una belleza especial que atrajo la atención de Dios. Él mostró su gran amor por el mundo entregándole a Jesús.