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Al hombre no le es dado conocer toda la Verdad. Su deber consiste en vivir de acuerdo con la verdad tal como la ve y, al hacerlo, recurrir a los medios más puros, es decir, a la no violencia. Sólo Dios conoce la verdad absoluta. Por lo tanto, he dicho a menudo, la Verdad es Dios. De ello se deduce que el hombre, un ser finito, no puede conocer la verdad absoluta. Nadie en este mundo posee la verdad absoluta. Este es un atributo exclusivo de Dios. La verdad relativa es todo lo que conocemos. Por lo tanto, sólo podemos seguir la verdad tal como la vemos. Esa búsqueda de la verdad no puede llevar a nadie por mal camino.