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Recuerda que eres un actor en una obra, y que el dramaturgo elige la manera de representarla: Si quiere que representes a un pobre, debes hacerlo con todas tus fuerzas; y lo mismo si tu papel es el de un lisiado, un magistrado o un hombre sencillo. Porque lo tuyo es representar el personaje que se te ha dado y hacerlo bien. La elección del reparto es de Otro.