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No hay límite a lo que el Señor puede hacer en y con y a través de cualquier individuo o cualquier pareja casada que se entregue a sí misma y a sus recursos completamente a Su voluntad y a Su camino.
No hay límite a lo que el Señor puede hacer en y con y a través de cualquier individuo o cualquier pareja casada que se entregue a sí misma y a sus recursos completamente a Su voluntad y a Su camino.