No creo, por ejemplo, que la biología evolutiva o cualquier otro esfuerzo científico tengan mucho que decir sobre el amor. Estoy seguro de que se puede aprender mucho sobre la importancia de las hormonas y sus efectos en nuestros sentimientos. Pero, ¿tienen las sombrías implicaciones de la evolución alguna repercusión en el amor que siento por mi familia? ¿Me hacen más propenso a infringir la ley o a hacer alarde de lo que la sociedad espera de mí? No. Simplemente no se deduce que las relaciones humanas carezcan de sentido sólo porque vivamos en un universo sin Dios sujeto a las leyes naturales de la biología.