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Hay fanáticos de la fotografía, igual que hay fanáticos religiosos. Compran una supuesta cámara cándida que no existe: es el fotógrafo el que tiene que ser cándido, no la cámara.
Hay fanáticos de la fotografía, igual que hay fanáticos religiosos. Compran una supuesta cámara cándida que no existe: es el fotógrafo el que tiene que ser cándido, no la cámara.