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No me consagro para ser misionero o predicador. Me consagro a Dios para hacer Su voluntad donde esté, ya sea en la escuela, la oficina o la cocina, o donde Él, en Su sabiduría, me envíe.
No me consagro para ser misionero o predicador. Me consagro a Dios para hacer Su voluntad donde esté, ya sea en la escuela, la oficina o la cocina, o donde Él, en Su sabiduría, me envíe.