-
Del mismo modo que hueles la fragancia de una flor al tocarla con la mano o el olor del sándalo al frotarlo contra una piedra, así obtienes el despertar espiritual al pensar constantemente en Dios.
Del mismo modo que hueles la fragancia de una flor al tocarla con la mano o el olor del sándalo al frotarlo contra una piedra, así obtienes el despertar espiritual al pensar constantemente en Dios.