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Sólo hay que recordar una cualidad de Buda. Consiste en una sola cualidad: el testimonio. Esta pequeña palabra, testimonio, contiene toda la espiritualidad. Sé testigo de que no eres el cuerpo. Sé testigo de que no eres la mente. Sé testigo de que sólo eres un testigo. A medida que el testimonio se profundiza, empiezas a embriagarte con lo divino. Eso es lo que se llama éxtasis.